Tres actos pseudo oníricos sobre Guillótica y sus realidades alternativas.
Tres actos pseudo oníricos sobre Guillótica y sus
realidades alternativas.
Guilermina Martínez
Primer acto:
Cada noche se abre un portal en su pecho, a otras ellas, en otros tiempos y espacios. Puede ser todo peor, o al menos esa es la sensación que le da. Las paredes mutan, y el tiempo va al revés, es decir, que no hay manera de saber cuándo va a terminar. Al volver (o piensa que vuelve) siguen siendo las 00.30h, pero también son las 03.00h y también salió el sol, y también cambió el año, y también bajó de peso, y también se hizo de noche de nuevo, y el tiempo se aplastó como ese sapo chiquito que alguna vez pisó. Todos los días sabe que todas las noches serán el fin del mundo, y que luego el mundo va a reconstruirse.
Segundo acto:
No quiero que llegue ese punto de no retorno en la metafórica y débil mente de Guillótica, pero es inevitable, como de inevitable es que el tiempo pase y haga lo que quiera con ella. Prefiere abrir el pecho, respirar hondo e imaginarse durmiendo mientras todo sucede, a mostrar un atisbo de lucha. Durmiendo y soñando que el tiempo no es plástico, que es lineal e inalterable y que su vida está en la media de la normalidad, aunque sea paramétrica.
Tercer acto:
Sembraron pánico en todo el mundo, lee en las noticias. Le da gracia, las enfermedades que se transmiten por el aire no saben nada de la circularidad y plasticidad del tiempo, y las personas con miedo a padecerlas tampoco, entonces, incapaz de sentir empatía por ese miedo piensa: A las 00.30h el universo me regala perspectiva, donde las enfermedades se suceden una sobre la otra, para que ninguna pese más; el cáncer y un esguince no tienen diferencia. Grito y lloro por lastimarse un dedo, y por tener esquizofrenia, hasta que después de varios días, ya no lloro por nada. ¿Es que el mundo me eligió para entrenarme? ¿Me odia, o se apiada de mí? Si Dios existiera no querría ver esta obra.
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