Por Dios
Por Dios
Daniel Funes
Quise dejarles esta nota para que conozcan los motivos de
mi decisión. No fue
fácil tomarla, pero los acontecimientos que sucedieron el último año forzaron esta
situación. Además, quiero que las pocas cosas que dejo sean entregadas tal cual voy a dejar constancia
Vieja, sé que siempre me quisiste mucho. Por Dios, demasiado. Tanto que me
cansé de que estés encima de mí todo el tiempo, que revises mis cosas buscando algo que sólo vos inventas en tu cabeza. Intenté decírtelo para que me entiendas, pero estás acorralada con tus miedos, tu religión. No comprendes que tu hijo ya cumplió veintiún años.
Viejo, solo vivís para el laburo, y cuando llega el fin de semana te aturdís de futbol. Me insististe para que sea socio de tu club, no me acuerdo cuál. Todavía tengo la camiseta sin usar. ¿No te pusiste a pensar que a mí me importa poco ver unos tipos pateando una pelota? ¿Te diste cuenta de que no me enseñaste ni como afeitarme? Siento que sos un ente en casa. Vos no me vas a extrañar.
Hermanita querida. Siempre estuviste ahí, en las buenas y en las malas. Fuiste un hombro donde llorar los desamparos. Una lágrima compartida. Te quiero, y a vos quería dejarte mi colección de Cd’s. Sé que te gustan mucho. Por Dios, no me llores por favor.
Pablo, Maxi y Leo. Amigos del alma. No me olviden. La vida es así, lo hablamos muchas veces. Pero hay decisiones personales, íntimas, secretos míos. Yo sé que un día me van a entender. A ustedes solo puedo dejarles los recuerdos. Muchas charlas a la salida del colegio, infinitas. Allá lejos parecen hoy.
Renata. Te quise. De solo decirlo mi pulso tiembla y mis lágrimas se desgranan. Te quise. Ya no te querré más. Vos elegiste tu camino, ahora yo voy a elegir el mío. Distinto. Sufrí mucho tu decisión. Sufrí mucho tu mentira. Sufrí mucho tu engaño. Lo escribo para que lo sepan aquellos que no lo sabían. A vos te dejo esta constancia, para que conozcan la razón de tanta amargura. Pero esto llegó a su fin. Ahora mi corazón ya no latirá por vos.
No puedo salir a la calle del barrio y ver la cara de la misma gente de siempre. Siento que me ahogo. La angustia al abrir la puerta, genera el temor que me hace regresar rápido para encerrarme en mi habitación. Por Dios, no puedo seguir así.
Dejo aquí. No escribo más. Me despido. Chau.
La tía Julieta me está esperando en Méjico. Después de vender la Play, la compu y el celu me hice de unos pesos para pagarme el pasaje. Me dijo que laburo hay seguro en el puesto que tiene en el Zócalo. Los voy a extrañar. Por
Dios que los voy a extrañar.
Un beso grande. Rodolfo.
fácil tomarla, pero los acontecimientos que sucedieron el último año forzaron esta
situación. Además, quiero que las pocas cosas que dejo sean entregadas tal cual voy a dejar constancia
Vieja, sé que siempre me quisiste mucho. Por Dios, demasiado. Tanto que me
cansé de que estés encima de mí todo el tiempo, que revises mis cosas buscando algo que sólo vos inventas en tu cabeza. Intenté decírtelo para que me entiendas, pero estás acorralada con tus miedos, tu religión. No comprendes que tu hijo ya cumplió veintiún años.
Viejo, solo vivís para el laburo, y cuando llega el fin de semana te aturdís de futbol. Me insististe para que sea socio de tu club, no me acuerdo cuál. Todavía tengo la camiseta sin usar. ¿No te pusiste a pensar que a mí me importa poco ver unos tipos pateando una pelota? ¿Te diste cuenta de que no me enseñaste ni como afeitarme? Siento que sos un ente en casa. Vos no me vas a extrañar.
Hermanita querida. Siempre estuviste ahí, en las buenas y en las malas. Fuiste un hombro donde llorar los desamparos. Una lágrima compartida. Te quiero, y a vos quería dejarte mi colección de Cd’s. Sé que te gustan mucho. Por Dios, no me llores por favor.
Pablo, Maxi y Leo. Amigos del alma. No me olviden. La vida es así, lo hablamos muchas veces. Pero hay decisiones personales, íntimas, secretos míos. Yo sé que un día me van a entender. A ustedes solo puedo dejarles los recuerdos. Muchas charlas a la salida del colegio, infinitas. Allá lejos parecen hoy.
Renata. Te quise. De solo decirlo mi pulso tiembla y mis lágrimas se desgranan. Te quise. Ya no te querré más. Vos elegiste tu camino, ahora yo voy a elegir el mío. Distinto. Sufrí mucho tu decisión. Sufrí mucho tu mentira. Sufrí mucho tu engaño. Lo escribo para que lo sepan aquellos que no lo sabían. A vos te dejo esta constancia, para que conozcan la razón de tanta amargura. Pero esto llegó a su fin. Ahora mi corazón ya no latirá por vos.
No puedo salir a la calle del barrio y ver la cara de la misma gente de siempre. Siento que me ahogo. La angustia al abrir la puerta, genera el temor que me hace regresar rápido para encerrarme en mi habitación. Por Dios, no puedo seguir así.
Dejo aquí. No escribo más. Me despido. Chau.
La tía Julieta me está esperando en Méjico. Después de vender la Play, la compu y el celu me hice de unos pesos para pagarme el pasaje. Me dijo que laburo hay seguro en el puesto que tiene en el Zócalo. Los voy a extrañar. Por
Dios que los voy a extrañar.
Un beso grande. Rodolfo.
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